-En el uso contemporáneo, el término humanismo conlleva alusiones fuertemente seculares, si no ateas, y puede significar casi todo tipo de preocupación por valores humanos. Está más generalmente asociado con las modernas elaboraciones alemanas del humanismo filosófico (Feuerbach, Marx o Heidegger), con el humanismo existencial de Jean Paul Sartre o con los humanismos seculares contemporáneos. La raíz del problema concerniente al significado de la palabra humanismo parece residir en el hecho de que la palabra latina humanus ha tenido tres significados distintos: a) humano, o perteneciente a la naturaleza humana; b) humano, en el sentido de benevolente o compasivo, y c) una persona culta, como en la habitual forma de dirigirse a un erudito como humanissime vir. Los humanismos modernos tienden a usar los dos primeros significados e ignoran el tercero; pero una tradición más antigua comenzó con el tercero y creía que, a través de un estudio de las humanidades, un erudito llegaría a comprender el significado de humanitas, lo que significa ser verdaderamente humano.
-El Humanismo es una perspectiva educacional y filosófica que enfatiza el valor del individuo y la importancia central de los valores humanos en contraposición a la creencia religiosa; fué desarrollada en Europa durante el Renacimiento, influída por el estudio de la literatura y la filosofía griegas y romanas clásicas. Así, el humanismo comenzó como un programa educacional denominado Humanidades, que inculcaba aquellos valores seculares antiguos que fueran congruentes con las enseñanzas cristianas. Muy a menudo los humanistas del Renacimiento fueron cristianos devotos, pero promovieron valores seculares y el amor a la antigüedad pagana.
Humanismo del Renacimiento
El fundador del humanismo del Renacimiento fue Petrarca (1304-74), poeta italiano y hombre de letras que trató de aplicar los valores y lecciones de la antigüedad a cuestiones de la fé y moral cristianas de su tiempo. Hacia fines del siglo XIV la expresión "studia humanitatis" (estudios humanísticos) había llegado a significar un ciclo educacional bien definido que incluía gramática, retórica, historia, poesía y filosofía moral, basadas en autores y textos latinos clásicos. Para asegurar la permanencia del humanismo después del éxito inicial de Petrarca fue clave el canciller florentino Coluccio Salutati (1331-1406), que escribió numerosos y doctos tratados y mantuvo una copiosa correspondencia con literatos contemporáneos. Junto con su joven discípulo Leonardo Bruni (1369-1444), Salutati empleó el studia humanitatis como base de una vida de servicio activo al Estado y a la sociedad; Bruni, en particular, creó una nueva definición de la tradición republicana de Florencia, defendiendo a la ciudad en cartas y panegíricos.Los humanistas del siglo XIV se habían apoyado principalmente en el Latín. A principios del siglo siguiente el griego clásico pasó a ser una disciplina muy importante, que proporcionaba a los académicos un conocimiento más cabal y preciso de la civilización antigua; se incluían muchas de las obras de Platón, la épica homérica, las tragedias griegas y las narrativas de Plutarco y Xenofonte. Poggio Bracciolini (1380-1459), canciller del Florencia y secretario papal, descubrió importantes textos clásicos, estudió las ruinas e inscripciones romanas y creó la disciplina de la arqueología clásica; también criticó la corrupción e hipocresía de su época en mordaces sátiras y bien argumentados diálogos. Lorenzo Valla (c. 1407-57), editor de textos y uno de los más grandes eruditos clásicos de su tiempo, probó que la Donación de Constantino, documento medieval que fundamentaba las pretenciones de autoridad temporal del papa, era un fraude
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